sábado, 25 de febrero de 2012

Sin dobleces


Siempre pensó que en el amor,como en la vida,
había que darlo todo,había que entregarse por entero.
Que guardar para sí parte de los sentimientos,
por temor o por precaución,no era mostrar la auténtica cara de sí misma.
Siempre creyó que cuando se es feliz 
hay que compartir esa felicidad con el resto del mundo,sin dobleces,sin ningún tipo de reservas.

Lo que no sabía era que,eso que ella sentía como una regla básica de la vida,no era más que una excepción.

Lo entendió muchos años después,
cuando,ya anciana,un día se preguntó por qué estaba tan sola en este tramo final de su vida.



23 comentarios:

  1. Irremediablemente llegamos solos y partimos solos.

    Interesante reflexión.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Y todos vamos hacia un mismo camino!
    Brillante entrada, da para pensar.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hagamos lo que hagamos, al final nos encontraremos solos y nos iremos solos.
    Magistral entrada Jerónimo.
    Además de muy emotiva. Seguro que si te tiene a ti, no se sentirá tan sola.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Verdad como una catedral¡
    solos,aún con gente alrededor,pero solos.
    Me ha gustado mucho.Besos

    ResponderEliminar
  5. Ese es nuestro final.
    En el mejor de los casos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Cierto Pluma Roja,pero duele más cuando a lo largo de la vida lo has dado todo.

    Gracias por tu paso.

    ResponderEliminar
  7. Gracias Cristina por tu visita y tu lectura.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Hola Tecla.

    Lo malo es la soledad cuando te has vaciado de amor hacia los demás.Esa soledad duele más y existe.

    Gracias por tu lectura y tu comentario.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Hola mar.me alegro que te haya gustado esta entrada.Es cierto que a veces nos sentimos más solos rodeado de gente que sin nadie.

    Gracias por tu opinión y tu lectura.

    ResponderEliminar
  10. Cierto Toro,aún puede ser peor.
    Esperemos que no.

    Gracias por la visita.

    ResponderEliminar
  11. Hola Jerónimo: para quitar las letras molestas,las negras,ves a este blog:

    cratividadeimaginacinfotosdejoseramnblogspot.com
    Y vas a la entrada la garza blanca))
    ahí lo explica.
    Creo que he copiado bien el blog, no sé ahora me parce muy largo.
    Besos,espero que te ayude.

    ResponderEliminar
  12. Estremece tu poema. De casualidad he llegado hasta aquí y me has emocionado. Si me viese sola, me moriría de tristeza.
    Tengo que seguir pensando sobre ello, yo también soy de esas que me gusta dar sin esperar recibir nada a cambio, pero el abandono...
    siento que me dolería de veras.
    Cariños.
    Kasioles

    ResponderEliminar
  13. Hola Kasioles.

    Es un caso real pero no quiere decir que siempre tenga que ser así.Depende de como sean las personas que haya a tu alrededor cuando llegue la vejez.Todo depende de eso.
    Ahora bien,es cierto que los humanos tendemos a abusar de la gente buena y a no valorar lo que hacen.Muchos respetan más a los "malos",tal vez por temor o por interés.

    Gracias por tu visita,te la devolveré (me interesa la buena mesa)

    Saludos.

    ResponderEliminar
  14. Hace, aproximadamente un año, me hice amiga de la soledad. No porque físicamente esté sola, sino porque los poetas siempre estamos solos.

    Respecto a tu comentario en mi poema, quisiera decirte que, ciertamente, está escrito con valentía. Perdí, también, el miedo a expresarme y a las palabras.
    Pero, si me siento puta (nada malo, todo lo contrario, un templo de amor) respecto a los versos.
    Gracias.
    Almudena de la Fuente Jerónimo (Duna)

    ResponderEliminar
  15. Hola Duna.
    Tienes razón,los que estamos siempre dándole al coco nunca nos sentimos acompañados del todo.
    En cuanto al empleo de la palabra "puta" en el contexto de tu poema,sigo discrepando de tu opinión y no porque el término me parezca malo,sino porque no encaja con el concepto.Desnudar el corazón y compartir los sentimientos ,al menos para mí,no es lo mismo que prostituirse.

    Gracias por tu visita y tu sincero comentario,Duna.

    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  16. Y si no damos todo ¿para quién lo guardamos? ¿para qué? Para que miercoles es la vida si no para ser feliz y demostrarlo, en el hipotético caso de que logres ser feliz claro.
    Yo siempre estuve sola, ¿de que me asustaría? No me haré esa pregunta, en todo caso si alguien me rodea cuando sea anciana me preguntaré que carajo hacen ahí conmigo y porque no salen a vivir.
    Y el video de Zenet no anda.
    Y un abrazo mas.

    ResponderEliminar
  17. Buenas preguntas Lyli,¿para quién guardamos lo que no damos y para qué?

    Pero somos como somos y a veces esa entrega total se malinterpreta y amamos más a quien da menos.Es todo tan complicado.

    Tú,por lo pronto,no cambies nunca.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Me ha dejado emocionada y entristecida tu poema…pero sigo pensando que no me importa dar y hacer a las personas felices…pero la soledad es dolorosa y cruel…
    Muy reflexiva tu entrada.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  19. Estremecedor
    para reflexionar sobre las
    consecuencia de nuestros actos,
    luego nos quejamos...

    ResponderEliminar
  20. Hola Sneyder.

    Por supuesto que hay que hacer siempre el bien y darlo todo,pero ocurre que hay personas que no entienden esa generosidad y lo interpretan como una debilidad de quien lo hace.Esto da lugar a veces a la enorme paradoja de sentir más respeto por las personas menos buenas que por las otras.

    gracias por la visita y por tu interesante comentario.

    ResponderEliminar
  21. Gracias María Teresa por tu visita y tu comentario.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  22. Cuántas veces, supimos, cuántas veces
    que mejor que guardar nuestra armadura
    era andar por la vida sin dobleces,
    aún si el golpe ajeno que perdura

    invita a repensar la conjetura,
    convertirnos sin más, ante los jueces,
    y reservar el don de la cordura
    a los dioses y santos que les reces.

    La enorme paradoja es ser tan bueno
    que al otro le resulte una locura
    que alguien pueda albergar sin su veneno

    la gloria, el desconcierto, la ternura,
    el arte indispensable, el vuelo obsceno,
    la paz contra la guerra y su premura.


    Lu

    ResponderEliminar